Pedid y se os dará: buscad y hallaréis : llamad y se os abrirá – porque
todo el que pide recibe; y el que busca, halla; y al que llame, se le abrirá.
¿O quién de vosotros es el hombre, a quien si su hijo le pidiere pan,
le dará una piedra? - ¿ O si le pidiere un pez , por aventura le dará una
serpiente? – pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos: ¿Cuánto más vuestro padre que está en los cielos, dará bienes a
los que se los pidan? (San Mateo, cap.
VII, y. de 7 a 11).
Bajo este punto de vista
terrestre, la máxima: buscad y hallaréis, es análoga a esta otra: ayúdate y el
cielo te ayudará.
Este es el principio de la ley del trabajo y por consecuencia la ley
del progreso.
En la infancia de la humanidad, el hombre sólo aplica su inteligencia
en busca del alimento y preservarse de la interperie y de los enemigos. Pero
pocos buscan el tesoro que se nos es necesario para nuestra tranquilidad...
Es preciso alimentar el Espíritu para que así pase el hombre a un
estado de civilización y alegría en sí mismo.