La
psiquiatría la describe como un trastorno del estado de ánimo y
su
síntoma habitual es un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser
transitorio o permanente. Todo pierde
la gracia, el mundo queda hecho cenizas y vivir se
torna
tarea difícil, pesada. Con ideas fijas y pesimistas.
Las
situaciones de estrés como
la tristeza poseen un límite que
es normal, ya que gracias ha este tipo de emociones el ser humano se ve
impulsado a mejorar y buscar soluciones que le permitan alcanzar su felicidad,
si no viviéramos
situaciones
estresantes con seguridad el ser humano se estanca en su adelantamiento tanto físico
como
moral.
La ansiedad trabaja contra la
estabilidad del cuerpo y la emoción.
Las
ideas espiritualistas, el conocimiento de la supervivencia a la muerte
física, tranquilizan al hombre, haciendo
que considere lo transitorio del cuerpo y la perennidad de la vida de la cual
nadie se extinguirá.
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