La
Ciencia y la Religión son las dos palancas de la
inteligencia humana; la una revela las leyes del mundo
material, la otra las
leyes del mundo moral; pero
teniendo las unas y las otras
el mismo principio que es Dios, no pueden contradecirse, si una es la negación
de la otra, una necesariamente está errada y la otra no, porque Dios
no puede querer destruir su propia obra.
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